sábado, 17 de octubre de 2009

A mi mamá...


Es raro poder hacer esto, porque desde el día en que te fuiste, desde el día en que te nos adelantaste en el camino no pude escribir nunca más nada, todo me costaba mucho más.
Antes cuando eras parte de mi vida me encantaba escribir, lo usaba como una terapia para poder sacar mis sentimientos, bueno o malos, pero sentimientos al fin.
Al poder plasmarlos en un papel o en un cuaderno viejo, que aún conservo, me sentía mucho mejor.
Siempre quise escribirte algo, algo que expresara el dolor o la tristeza que sentí aquel 3 de diciembre cuando nos dijiste adiós y cómo el ángel que siempre fuiste en mi vida te fuiste junto a Dios. Nunca pude hacerlo, me sentía bloqueada y sentía un agujero tan abismal en mi pecho que me era difícil sacar las palabras de adentro mío.
Cuando se acerca un dia de la madre tengo sentimientos encontrados desde hace casi 4 años, porque por un lado tengo junto a mí a la luz de mis ojos que me devuelve a la vida una y otra vez, y por otro lado siento tu ausencia más profunda que nunca.
Jamás vas a saber cuánto te extraño, creo que ni esta especie de carta ni millones de ellas van a poder plasmar todo lo que tengo para decirte, para contarte, para llorarte.
Siempre pienso que de estar vos hoy en mi vida, mis días serían distintos y más llevaderos, pues no me permitirías sentirme un segundo sola ni sentir ni un dejo de tristeza y de ser así estarías ahí para contenerme y llorar conmigo. Porque siempre fuiste así : compañera, aliada, amiga.
Sé que tuvimos nuestras grandes peleas, momentos en que nos vivíamos enfrentando, pero las dos teníamos (yo aún sigo teniendo) carácteres muy fuertes y nos parecíamos más de la cuenta, y creo, viéndolo ahora a lo lejos, que por eso chocábamos tanto.
Daría cualquier cosa por tenerte conmigo, poder abrazarte, besarte, decirte que te necesito, preguntarte cómo estoy haciendo las cosas, si me estoy equivocando, si las estoy haciendo bien o mal, si estás orgullosa de mí .... tantas cosas.
Muchas veces cuando la angustia me invade a la noche cómo una nena pienso: "ojalá Dios me permita soñar con ella, para al menos verla en sueños, poder hablar con ella por 5 minutos y que luego vuelva a su lado...". Hasta ahora no pasó, sólo te soñé 2 veces: una, unos días despues de que partiste me soñé a mí durmiendo y a vos que entrabas en mi cuarto y te sentabas a mi lado y yo intentaba abrir los ojos para poder mirarte y abrazarte y no podía, pero podía sentir que estabas junto a mí, mirándome; recuerdo que me desperté agitada y me sentía sumamente rara. Y la última vez fue hace ya casi 4 años cuando me di cuenta que estaba embarazada de Valen, y en ese sueño sí te pude ver; a muchos a los que se los conté les dió miedo, a mi me dió paz y me hizo saber que estaba esperando un hijo, aún sin saberlo a ciencia cierta, mediante un test u otra cosa.: soñé que estábamos con papá sentados en la cama de tu cuarto, en la cama grande, y vos entrabas, áun no sé por dónde pero entrabas, llevabas un vestido corto negro y me mirabas con un amor indescriptible, y nos decías: "me tengo q ir ahora..." y yo te decía: "no, esperá, no te vayas, quedate un rato, sentate conmigo"; y vos respondías: "está bien, pero un rato nada más..." y te sentabas como arrodillada y cuando te miré bien me di cuenta que estabas embarazada y yo sorprendida, casi gritando te dije: "mamá, tenés un bebé en la panza?", y vos me contestaste: "no, yo no..."; y ahí me desperté, recuerdo que me sobresalté, pues al mirarme yo estaba durmiendo boca arriba y con mis manos en mi abdomen, como sosteniendo mi panza... ,me dije: estoy embarazada y ella me lo vino a decir.
Para mayor sorpresa mía, Valentín se adelantó un mes en nacer y en vez de llegar a mediados de enero como lo esperábamos nació en qué fecha?... un 3 de diciembre!... eso sí que es algo que pone la piel de gallina no?... Yo lo tomo como una señal, una señal que Valentín vino por algo a mi vida, que me lo mandaste por algo en especial, que por algo me elegiste como su mamá en ese momento tan particular de mi vida y en esa fecha en donde la tristeza me invadía, pues se cumplían justo dos años desde que no estabas a mi lado.
De más está decir cuánto te extrañé durante el embarazo, me sentía muy sola, porque papá no me la hizo fácil, él no quería saber nada, más aún porque yo estaba estudiando, tenía mi trabajo, con Ariel estábamos de novios hace 5 años y no lo planificamos y obviamente no estábamos casados, factores que se sumaban para que papá me echara en cara una y otra vez de que había arruinado mi vida y la de él. Por supuesto, todo se disipó el día que lo vió por primera vez estando aún Valen en la incubadora. Ahí se le cayó todo y fue la primera vez que lo ví sonreir por todo ésta gran cuestión para él.
Hubiera dado cualquier cosa porque estuvieras ahí conmigo, haciendo a un lado mis miedos, mis dudas, ayudándome, hablándome... siendo lo que fuiste siempre, una gran compinche. Sé que tampoco hubiera sido fácil para vos enterarte de semejante noticia, pero, el enojo te hubiera durado 5 minutos y abrazo de por medio me habrías tomado la mano para acompañarme, apoyarme y cuidarme.
No pasa un día que no te extrañe, un día en el que no te recuerde, un día en el que añoré entrar a la cocina y verte sentada jugando al solitario, o cocinando o tomando mate. Que no sienta una pena enorme por no poder abrazarte y contarte mis cosas, pedirte un consejo, pelearme con vos.
Sé que usé muchas veces la palabra te extraño, pero es lo que siento mamá... te extraño!
Ojalá hubieras podido conocer a tu nieto, pero sabés que?, una fé inquebrantable como la que tuviste vos hasta el final de tus días, cargando con semejante enfermedad, me dice que él te puede ver en sueños, y que ahí lo invitas a jugar y le hacés cosquillas y lo llenas de besos. Recuerdo que un día le mostré a Valen una foto de nosotros tres, (vos, papá y yo) cuando cumplí 15 años, y le pregunté :"y estos quienes son?" y señalándome con su dedito me dijo: "Tata, babá (mamá) , abu"... no sé si fue casualidad, a lo mejor sí, pero me quedé dura y sorprendida, más aún porque fue a fines del año pasado y él no hablaba mucho todavía, o casi nada.
Te amo mucho, y espero poder volver a verte para poder abrazarte fuerte y no soltarte más.
Me haces mucha falta... me cuesta acostumbrarme aún a que no estás. A veces parece que fuera un sueño todo, un sueño que hayas sido parte de mi vida, un sueño el que te hayas ido tan pronto...
Nos pudimos decir te amo y te sostuve la mano hasta el último momento...y eso me da paz, pero a veces siento que no fue suficiente, que no te dije lo mucho que te agradecía cada cosa que hisicte por mí, lo valiente que fuiste siempre con cada piedra, con cada prueba que Dios ponía en tu vida incluyendo ésta última.
Tenías una fe tan de hierro que era admirable verte... luchaste hasta el último momento y cuando te diste cuenta que esta batalla la ibas a perder nunca tuviste miedo, tal es así que cuando hicimos que un sacerdote te venga a ver y a dar una bendición y a charlar con vos, vos le dijiste que no tenías miedo, que sentías paz porque te ibas a un lugar en donde ibas a poder cuidar mejor a papá y a mí de lo que ibas a poder hacer acá... Cómo no admirarte!, cómo no extrañárte!
Sólo espero que nos protejas desde la nube en la que te encuentres, que no me dejes caer, que ilumines cada paso de tu nieto al que sé que desde donde estás amás con locura.
Espero que desde arriba te haya hecho sentir orgullosa de mí, y de no ser así, que me muestres el camino para poder lograrlo.

Te amo mami! y con todo el corazón y todo el amor que te tengo y te seguiré teniendo hasta que día que nos podamos volver ver te digo: Feliz día angelito de mi vida!!!!!!!!!! a dónde quiera que estés mirándome.