jueves, 13 de agosto de 2009

Mi payasito..., te amo Valen!

Recuerdo que cuando era chica y me golpeaba con algo o me caía contra algo, mi mamá (a quién extraño cada día más) venía por detrás mío y para consolarme y lograr que dejara de llorar iba derecho al objeto producto de mi golpe y pegándole suave con la mano de manera decidida decía: malo malo malo!... jaja!, como retando a la pobre mesa o silla cuya punta me había provocado algún chichón.
Gracias a Dios, y a la bendita terapia ocupacional y la divina de Leo pudiste empezar a mostrarme hace ya un tiempo en donde te golpeabas o donde te dolía después de una caída o tropezón; empezaste a hacer puchero y a llorar ante un golpe, cosa que antes no hacías, simplemente te levantabas como si nada y seguías con tus cosas.
El otro día te golpeaste la cabeza con tu mesita chiquita de los Backyardigans dándote tremendo cocazo, viniste llorando a mi que estaba en la cocina y me dijiste, agarrándote la cabeza: abeya! (o sea cabeza) y me llevaste a tu mesa como mostrándome en donde había ocurrido el incidente. En ese momento me acordé de mi mamá y su parodia e hice lo mismo, le pegé a la mesita y le dije: mala, mala... vos me miraste y me sonreíste y eso bastó para que dejaras de llorar.
Es increíble como incorporás las cosas y amo el que me sorprendas cada día con algo nuevo, estos para mi llamados"milagritos" son los que me ayudan a seguir adelante. Ayer cuando nos preparábamos para ir a ver a Raquel, tu neurolinguista te dije: Dále Valen rápido que llegamos tarde! Vení que te pongo la campera!... y en tu corrida de la pieza al living te pegaste el hombrito con el marco de la puerta; yo te observaba detenidamente para ver que hacías; hiciste puchero, me miraste y te volviste a la puerta y pegándole suavecito al marco le dijiste: balo, balo, balo! y viniste con un lágrima en el ojito a que te abrige. Si hubiera podido gritar en ese momento lo hubiera hecho. Pero mientras te ponía el abrigo te di un beso y riéndome te dije: sos un payaso Valen!, te amo!. Y nos fuimos a ver a Raquel.
Es increíble como nuestro hijos nos sorprenden día a día, como convierten un día gris en un arco iris lleno de colores y destellos.
Esto es algo que no nos quita nadie, la satisfacción de ver sus pequeños pasitos, sus pequeños grandes progresos.
En lo de Raquel estuviste muy bien!...salvo el ultimo ratito que ya querías irte. Se asombró del hecho de que de a poco lograste hablar un poco más.
Me llena de orgullo ser tu babá o mmcá ( como quieras llamarme solcito mío), gracias por entrar en mi vida y enseñarme a caminar junto a vos.

Mañana mi príncipe actúa de caballero en el acto del 9 de julio en el jardín, el cual había sido postergado por la bendita gripe A. No saben como le queda el disfraz!...está para comérselo crudo!!... Ojalá salga todo lindo y lo pueda disfrutar...ya estaré subiendo fotitos!!